Carta de mons. Javier Pérez Pueyo, obispo de la diócesis de Barbastro-Monzón, ante la visita de las reliquias de santa Bernadette.

Hoy es ella quien viene a verte a tu casa. Hasta ahora siempre habíamos sido nosotros los que nos acercábamos a la gruta donde ella tuvo las apariciones de María Inmaculada. Alrededor de seis millones de peregrinos visitan Lourdes cada año. Nuestra diócesis, a través de la Hospitalidad diocesana de Nuestra Señora de Lourdes, va a cumplir veinticinco años peregrinando.

¿Qué se ve en Lourdes? Se ven enfermos. Lo que sorprende es que no vienen solos. Están muy bien acompañados por familiares y voluntarios. Ocupan un sitio preferente. Participan en varias celebraciones donde logran que vibre su corazón y resuenen las palabras de Jesús: “Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados y yo os aliviaré”. El sufrimiento es universal y quien más quien menos lo carga en su propia vida. Lourdes, para muchos, es como la «marca blanca» del cielo. En Lourdes se ven personas que rezan, con el rosario en la mano, en medio de la multitud o ante «la gruta de las apariciones». Parece que se pare el mundo, el ruido, las luchas del día a día, y allí se respira a Dios.

En Lourdes se ve gente de todos los países, razas y lenguas. Es emocionante constatar cómo se comparte la unidad de la fe y la diversidad en sus expresiones. En las “misas internacionales”, se celebra la misma eucaristía y se profesa la misma fe.

En Lourdes se ve «la gruta de las apariciones». Sobrecoge su sencillez, pobreza,  humildad de aquel lugar en el que la Virgen se apareció dieciocho veces a la niña Bernardita Soubirous cuando tenía 14 años. Allí le dijo, en la decimosexta aparición, que era “la Inmaculada Concepción”. Fue el 25 de marzo, fiesta litúrgica de la Anunciación.

En 1864, cuando tenía 20 años, Bernardita decide ser monja e ingresa dos años más tarde en el monasterio de Saint-Gildard de Nevers. Allí se quedaría  hasta su muerte, a los 35 años. En 1933 fue canonizada por el Papa Pío XI el día 8 de diciembre, fiesta de la Inmaculada Concepción.

Los días 27 y 28 de noviembre llegarán sus reliquias a nuestra diócesis gracias a la inestimable mediación de la Hospitalidad de Lourdes. Hay programados varios actos. Os invito a recibir a María de Lourdes en vuestro corazón, a venerar las reliquias de quien supo verla en la gruta y participar acompañando a los enfermos a todos los actos programados. Tenemos que lograr que las calles de Monzón y de Barbastro se transformen por unas horas en aquella explanada de Lourdes donde las velas iluminen el corazón de todos los hijos del Alto Aragón y las oraciones y los cánticos sirvan de bálsamo de todas sus heridas. Venerar las reliquias de Bernardita no es fetichismo ni un simple gesto piadoso. Su presencia en nuestra tierra quiere ser un acto de fe en la santidad, un momento de contemplación, de oración y de acción de gracias por la vida y la obra sanadora que incluso después de muerta está obrando en el corazón de todos los que peregrinamos a Lourdes. Con mi afecto y mi bendición. Ángel Pérez Pueyo, Obispo de Barbastro-Monzón.

noviembre 26, 2019